UN COMPROMISO QUE CAMBIÓ MI VIDA
Soy Luis, tengo 14 años, vivo en Ibagué Colombia y decidí hace 2 años, que eso del estudio no era para mí, que lo mío era conseguir plata, mis padres los dos trabajaban y se esforzaban todo el tiempo para darme lo necesario, pero para mí no era suficiente, quería más, sentía que el trabajo de ellos era demasiado difícil y yo tenía que apoyar, mi mamá era empleada doméstica en una casa donde la trataban mal y mi padre trabaja en el relleno sanitario acomodando los compactadores en el frente de trabajo para que dispongan los residuos, es decir trabaja en medio de la basura de la ciudad; así que me retiré del colegio y me fui para la plaza de mercado a cargar costales para ganarme unos pesos y de esa manera apoyar e la economía del hogar y por hay derecho comprarme unos pisos nuevos (tennis).
No niego que logré recoger para los pisos y pa´ la comida, pero era una vida muy dura, y me estaba afectando la espalda todavía era un niño para hacer trabajo forzado, mi papá sufría mucho por eso y decía que yo merecía algo mejor para mi vida, que debía estudiar, pero para mí eso no tenía sentido; hasta que un buen día llego el cucho todo preocupado, contando que en la empresa donde trabajaba le habían dicho que tenía que pasar el certificado de estudio de los hijos menores de edad, que para lo del subsidio de Comfenalco y que porque dizque en la empresa ningún empleado podía tener hijos menores de edad sin estudiar o trabajando; que se estaba perdiendo la platica del subsidio y que además podía perder el trabajo y si eso pasaba que iban a hacer que video el del cucho, estaba re asustado y yo pues medio molesto y medio preocupado, porque no quería que perdiera su trabajo.
Entonces como bien alborotado que soy, me fui para la empresa a preguntar qué tan cierta era la cosa, y de gestión humana me pasaron para dizque Responsabilidad Social, donde me atendió Sebastián un muchacho lo más de amable, que me escuchó todo el cuento, hasta con paciencia porque iba medio alterado, y me dio un poco de agua y me dijo: “amigo usted tiene 12 años, dice que quiere plata pero ¿de qué manera la quiere?, ¿matándose?, ¿exponiéndose?, por qué no se mete a estudiar y para acelerar la cosa hace cursos virtuales en el SENA, no sé… cómo de emprendimiento, generación de ideas o cosas así, algo que puedan hacer entre su mamá y usted. Pero lo más importante es que regrese al colegio, su papá firmó una carta de acuerdo con nosotros que usted iba a regresar a estudiar, busquemos un colegio chévere, que le guste, tiene todo el talento y la capacidad, y además sus papás se comprometieron a apoyar, así que aproveche”. Yo medio sentí que se estaban metiendo en mi vida, pero en el fondo Sebastián tenía razón, no iba hacer nada de mi vida, por el camino que llevaba, y para medio calmar las cosas acepté, pero eso sí, con la condición que yo escogía el colegio. Y así fue, regresé a estudiar, a jugar con mis amigos, y le copié al consejo y me metí a los semilleros de SENA y empezamos a generar proyectos con mis compañeros y hasta con mi mamá, que la tengo haciendo materos para plantas que ella misma hace y vende, pudiendo trabajar desde casa, apoyarme con el estudio y motivándome a construir nuevas ideas.
En el año 2019, 493 colaboradores se comprometieron a garantizar que sus hijos menores de edad terminaran su ciclo educativo en educación primaria y secundaria, estos acuerdos fueron firmados dentro del marco del programa de Responsabilidad Social del Grupo Empresarial Interaseo el cual busca cumplir con la política de prevención de trabajo infantil a la que está inscrita la compañía, y que gracias a su campaña “Niños a estudiar y a jugar no a trabajar” se ha propendido por el respeto de los derechos de los niños, niñas y adolescentes al interior de la empresa, el cumplimiento con la normativa legal nacional y los convenios internacionales para prevenir y erradicar toda forma de trabajo infantil y difundir esta política con todos los grupos de interés de la compañía. Esta campaña cuenta con 6 programas que fomentan el respeto por los derechos de los menores de edad, así como su inclusión en las aulas de clases, recreación digna, recuperación de espacios para el sano esparcimiento y fuentes de empleo para los adultos del hogar.
